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Historia

El gran educador Eusebio María Gómez Ramírez, que en las vacaciones de fin de año hacía comisiones a Medellín, se comprometió a llevar a la  ciudad de Medellín una cantidad de dinero que pasaba de las mil libras esterlinas para un comerciante. Cuando llegó a Medellín, entro a desayunar en un hotel, con tan mala suerte que se le perdió el bolso donde llevaba el dinero.

 

Desesperado entró en el primer templo que vio y allí oró por largo rato pidiendo insistentemente al Señor la recuperación del dinero perdido.

 

Al salir del templo miró en un almacén una imagen del apóstol San Judas Tadeo con esta leyenda: “ABOGADO DE LOS CASOS DESESPERADOS” compró la imagen y la novena y se regresó para su casa de El Santuario.

 

Terminada la novena a San Judas viajó de nuevo a Medellín con la ilusión de encontrar el dinero perdido; cuando llegó a Medellín se encontró con un señor que le dijo: “Señor: tome este bolso que dejó olvidado la semana pasada en el hotel donde entró a desayunar”. El maestro Eusebio le dio las gracias, contó el dinero y estaba completo. Lleno de alegría dio gracias a Dios y a San Judas y regresó a su pueblo bendiciendo a Dios y a San Judas Tadeo.

 

Este milagro se propagó por toda la comarca y los fieles acudieron a San Judas Tadeo en demanda de favores y milagros para el alma y para el cuerpo.

 

Este fervor que se prendió entre los habitantes de El Santuario por el milagroso San Judas lo aprovechó el maestro Eusebio para proponerle a la comunidad que se levantara un templo consagrado al santo milagroso.  Todos estuvieron de acuerdo y se dieron a la tarea de buscar terreno apropiado y conseguir fondos para levantarlo.

 

En el año 1898, exactamente el 28 de octubre día de San Judas fue bendecida la primera piedra para el templo, en una solemne eucaristía presidida por el padre Isaías Aristizábal párroco de El Santuario y por los párrocos de Cocorná y Montebello los sacerdotes Ezequiel Quintero y Mariano Villegas, en su orden.

 

Treinta y siete años después de la bendición de la primera piedra se logró terminar la edificación que fue bendecida el 24 de agosto de 1935 por los excelentísimos señores Tiberio de J. Salazar y Herrera Arzobispo de Medellín y Diego María Gómez Tamayo obispo de Pasto.

 

Durante 41 años el templo de San Judas fue asistido por los capellanes y las monjitas Concepcionistas que vinieron en el año 1939.

Los capellanes que trabajaron fueron:

 

Padres Gabriel Lalinde, Joaquín Giraldo, Jesucito Salazar, Antonio Echeverri, Damián Ramírez, Jesús María Bedoya, Aníbal Wideman, Joaquín Giraldo (2da vez), Luis Rodolfo Gómez Ramírez, Roberto Giraldo, Misael López, Eugenio Arias, Juan Bautista Bedoya, Héctor Urrea, Luis Rodolfo Gómez R. (2da vez), Heriberto Jaramillo, Marcial Gómez y Carlos Cuervo.

 

El Padre Cuervo se destacó por su sencillez, su generosidad, su cercanía a todos los feligreses a los cuales visitaba en sus casas y los asistía con cariño de Pastor. También fue el protagonista de conseguir la Parroquia para esta capellanía: memoriales al Señor Obispo, visitas a la curia, reuniones en las veredas, hasta que Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo obispo de Sonsón-Rionegro firmó el decreto 008 tan deseado por la Parroquia San Judas Tadeo el 14 de febrero de 1976. 

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